Retablo Mayor del Cerco
Turismo - Monumentos y edificios de interés
Realizado en el primer cuarto del siglo XVI por los maestros Pierres y Andrés. Se encuentra alojado en la zona del Presbiterio y su esquema compositivo se reparte en tres cuerpos de cinco calles, siendo la central de mayor amplitud. La tracería del retablo es de estilo gótico, pudiéndose apreciar esta característica en la arquería polilobulada y pináculos, que aparecen en cada una de las partes en que se divide cada calle.
En la parte inferior de la calle central se representa la imagen del patrono del templo. Es una talla de San Saturnino correspondiente a la realización del propio retablo, aunque muy reformada en fechas posteriores. La pieza ornamental más antigua del retablo, corresponde a una virgen sedente con niño del siglo XIV, que se encuentra presidiendo el mismo, en la parte intermedia de la calle central. Se trata de una imagen gótica, con precisos estudios anatómicos y de pliegues.
Sin embargo, la policromía se encuentra muy adulterada en la actualidad. Aparte del retablo mayor, la iglesia de Artajona cuenta con otra serie de retablos enumerados a continuación; en la zona del Evangelio, se encuentran ubicados los del Santo Cristo y de la Virgen del Rosario, respectivamente. El primero de ellos se aloja en la capilla del mismo nombre y está fechado en el siglo XVII, si bien posee en su estructura motivos de la remodelación que se le efectuó en el periodo neoclásico.
Consta de un solo cuerpo decorado por columnas de fuste acanalado, entre las que se aloja un Crucificado de finales del siglo XVI. El correspondiente a la Virgen del Rosario es un retablo de traza barroca de finales del siglo XVII. Consta de un banco al que se superpone un cuerpo flanqueado por columnas salomónicas, sobre el que se alza un frontón abierto de remate curvo.
Como elemento ornamental más importante, aparece representada una talla de la Virgen del siglo XVI, que dentro de un estilo renacentista, todavía conserva cierta similitud con la morfología escultórica de periodo gótico. Un último retablo albergado en la estructura interna de la parroquia es en concreto el Retablo de San Juan Bautista fechado a finales del siglo XVII, dentro de los esquemas del arte barroco. Su aspecto es parecido al dedicado a la Virgen del Rosario, con una decoración estructural en su cuerpo, a partir de columnas salomónicas, entre las que se encuentra ubicada una imagen de carácter romanista dedicada a San Juan Bautista del último cuarto del siglo XVI.
Como últimos elementos relevantes dentro del ajuar del templo, se encuentran por un lado la sillería de estilo neoclásico del coro, y algunos no muy numerosos motivos de orfebrería guardados en la sacristía. Entre éstos destacan, un cáliz de plata del siglo XVII, un relicario también de plata de época barroca y un copón del siglo XIX, realizado en el mismo material.